El canto polifónico religioso

La polifonía comienza a florecer en las actuales Bélgica y Holanda, donde se forma la denominada "Escuela flamenca" o francoflamenca. Desde allí se exporta la polifonía, dado que sus músicos viajan a todas las cortes e iglesias europeas. 

Sobresalen Guillaume Dufay (1400-1474) y Johannes Ockeghem (1428-1495), que componen el motete y la misa, sobre todo cuando trabajan en Roma, en la capilla papal. Más importante aún es Josquin des Prés (1440-1521) a quien Lutero llamó "el amo de las notas", y que trabaja en Roma, Milán y Florencia. Es un maestro insuperable en transmitir, a través de la música, las ideas del texto; se le considera una de las cumbres de la música renacentista por su motetes y misas.

El Renacimiento musical pasó a Italia con la llegada de los músicos flamencos en el siglo XV.
En esta nación surgen músicos muy importantes, como Orlando di Lasso, y se produce una gran actividad creadora que llega a su cumbre con la celebración del Concilio de Trento, con el que se inicia la llamada contrarreforma, que impulsa una música polifónica caracterizada por estas dos cualidades.

  • Eliminación de todo aspecto profano.
  • Música que sirva al texto.
El Concilio ejerce una influencia sobre la música, como lo hace sobre la pintura o la escultura de Miguel Ángel o Rafael; y los hombres encargados de hacer esta nueva música con Orlando di Lasso y Giovanni Pierluigi de Palestrina (1525-1579), que es llamado desde entonces "el primer músico de la iglesia". Compone varias misas, la más famosa la del papa Marcelo, que el Concilio pone como modelo, y muchos motetes religiosos.
Cualidades de su música:
  • Llena de ambiente religioso y espiritual.
  • Polifonía clara, que declama el texto y no lo confunde.
  • Música llena de belleza plástica, como la pintura de Rafael. 




























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